Tuesday, November 2, 2010

El Censo

Estos últimos días tuve la suerte de ser beneficiado, por no se que ente supranatural, con la aparición, de a ratos en mi computadora, de a ratos en mi música, en mis apuntes y hasta en la voz de interlocutores humanos, de diferentes diálogos registrados ni sé cuando, ni de quién, ni con que medios, pero sí que todos giran en torno a la temática del censo.

Me limito a transcribir algunas conversaciones que voy escuchando, por un lado para compartir los diferentes puntos de vista que pueden resultar enriquecedores para el lector y, además, con la inocente esperanza de que me lea y se comunique conmigo el ejecutor de alguno de los discursos, que presento anónimos como anónimos se me presentaron, y me posibilite así poder disfrutar de la realización de un personaje oculto y oscuro, que de alguna forma estoy creando.

Digo que me limito y con esto quiero excusarme doblemente. En primer lugar porque las conversaciones se me presentan sin ningún aviso y mi imposibilidad de preverlos me deja, en muchas de las “escuchas”, sin elementos para poder registrarlas. Esto, sumado a mi incapacidad técnica de escribir a la velocidad a la que escucho, hacen que lo que presento, si bien conserva la idea sustancial de lo dicho, haya sufrido ciertas modificaciones de las que me hago cargo y por las cuales pido disculpas.

Voy a publicarlas periódicamente y no todas juntas porque tengo pedazos de discusiones repartidos por todos lados y pienso ir pasándolos cuando me de el tiempo y la gana y cuando considere algo de lo que escucho interesante y compartible.


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- ¡Por el estetoscopio de Galeno, no puedo creerlo! ¿Dónde están las preguntas sobre la tensión arterial? ¿No hay indagaciones acerca de la colesterileidad juvenil? ¿Cómo vamos a enterarnos de los niveles de fitoesteroles endógamos neurodegradativos?

- Lo mismo pregunto doctora. Nos niegan, nos encargamos de pensarles un lugar hermoso y sano, un espacio verde para que puedan andar saludablemente, y resulta que son ciegos, que apenas quieren moverse. ¡Dios los perdone y les destape las arterias!

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- En mi opinión el censo es una irrealidad, ni mas ni menos que un montón de números agrupados de una tal manera que intentan significar determinadas cosas, y que, finalmente, poco tienen que ver con nosotros, con nuestra sociedad, ni con nada de lo que intenta relevar.

- Opino parecido, excepto por un prefijo. Se me hace surreal el asunto. Creo que lo que haremos al censarnos es construir una gran realidad, que, como bien dijo, es tan arbitraria como ….… (interferencia), pero no por eso deja de corporizarse en un concepto que se viene a instalar, como troyano y desde su realización afecta en gran medida al resto de nosotros palabritas.

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- Exactamente eso pensé cuando se me ocurrió que, en primerísima instancia, esto que sucede puede ser usado como una herramienta política compañeros. Podemos intervenir en los resultados, desde las bases, podemos organizar las respuestas.

- ¡Que el censo sea del pueblo, o el pueblo dará vuelta las hojas y las llenará con los datos que le parezca!

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- ¿Quién es el jefe del hogar? Me niego rotundamente a responder esta pregunta. Acá no hay dueño, no hay chongo, no hay papito. Acá la que manda soy yo carajo, ¡andate vos y tus preguntas machistas al puto que te acabó!

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- Es de notar la imparcialidad y a la vez lo injusto del censo. Un conocido que trabajó de censista comentó que le tocó registrar a un gorilón sindical. A la pregunta acerca de si había realizado algún trabajo en la semana anterior respondió con un “Sí, un trabajito”, esbozando una sonrisa orgullosa, pensando seguramente en Mariano Ferreyra.

- Se mete en la misma bolsa al gorila, al empresario, al cura y al policía. Eso no está mal. Sí que se los mezcle con todo el resto.

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- Obvio que voy a mentir mi edad y no es una cuestión de coquetería, se imaginan chicas que lo último que haría sería andar coqueteando con un censista. Siempre pensé que el tiempo no se mide en años, sino en arrugas, y yo no tengo más de treinta años de arrugas.

- Además, querida, oíme. Sería un despropósito, un deshonor a las horas de esfuerzo liposuccional, de cristaloterapia, digitopuntura, oxigenación hiperbárica, quelación y liftings y de pilates, cycling, footing, shopping y cheting.

- Siempre pensé que la vejez no se calcula en base al tiempo sino a la distancia recorrida de espalda a la muerte.

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- El censo no es otra cosa que la manifestación política de una tendencia, la de clasificar los cuerpos, arrancados de sus almas. Un intento de reducir a números la variable social. Esta tendencia economista no tiene otro fin que, habiendo despejado equis, los trajeados utilicen su valor en diferentes cálculos de apropiación exponencial y extracción de capital al cuadrado. ¡Ya los veo ensanchando sus bolsillos negros!

- Usted dijo que vió trajeados ensanchando sus bolsillos negros. ¿Podría indicarme dónde?

- En sus oficinas, ejerciendo cargos públicos. En todos lados menos en la cárcel.

- ¿Y por que le parecieron trajeados?

- No sé, por la falsa forma o la pretendida formalidad.

-¿Podría describírmelos?

- Si, son personas que solo pueden gozar apretujando su punto G entre billetes mientras se ponen más viciosos e insaciables y piden de a gritos y gemidos ........ (interferencia) para metérselos en el culito hasta que reviente. ¿A que vienen todas estas preguntas?

- A nada, es solo mi instinto obsesivo-compulsivo de poner las cosas en su lugar.

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